El derroche alimentario: un problema global con impacto local

Cada año, toneladas de alimentos aptos para el consumo acaban convirtiéndose en residuos. Según la FAO, aproximadamente un tercio de los alimentos producidos en el mundo se desperdicia, lo que representa un problema económico, social y ambiental de gran magnitud.

Pero, más allá de los hogares y la restauración, las empresas también generan una cantidad significativa de residuos alimentarios. En las industrias de producción, distribución y venta de alimentos, el derroche suele producirse por sobreproducción, errores de etiquetado, productos caducados o fuera de stock.

El impacto ambiental del derroche alimentario

Cuando los alimentos se desperdician, también se malgastan todos los recursos utilizados para producirlos: agua, energía, fertilizantes y transporte. Además, los residuos orgánicos que acaban en los vertederos generan gases de efecto invernadero, como el metano, que contribuyen al cambio climático. La gestión inadecuada de estos residuos no solo afecta al medio ambiente, sino que también supone costes económicos innecesarios para las empresas.

En nuestro territorio se está trabajando desde muchos ámbitos para reducir el derroche alimentario, pero todavía queda mucho camino por recorrer:

Fuente: Fundación RezeroRezero, con datos extraídos de la Agencia Catalana de Residuos. Se pueden consultar todos los datos aquí.

Normativa vigente sobre el derroche alimentario y la gestión de residuos

Para hacer frente a esta problemática, han entrado en vigor diversas normativas y leyes a nivel autonómico, estatal y europeo. Algunas de las más relevantes son:

  • Ley 3/2020 de prevención de las pérdidas y el derroche alimentario: Esta ley estatal obliga a las empresas del sector alimentario a establecer planes de prevención del derroche, priorizando la donación de alimentos aptos para el consumo y estableciendo mecanismos para reducir los residuos generados.

  • Plan de Acción de la Estrategia Española de Economía Circular 2030: Incluye medidas para fomentar la reutilización de recursos y penaliza la generación de residuos alimentarios sin una gestión adecuada.

  • Reglamento Europeo 2023/1542 sobre la gestión sostenible de residuos alimentarios: Obliga a las empresas de la UE a monitorizar e informar sobre la cantidad de residuos alimentarios generados y a tomar medidas para reducirlos.

  • Ley catalana de prevención y gestión de residuos y uso eficiente de los recursos: Regula la separación y gestión específica de los residuos alimentarios en Cataluña e impone obligaciones concretas a las empresas.

Estas normativas implican que las empresas deben implementar estrategias claras para reducir el derroche y gestionar sus residuos de acuerdo con los estándares de sostenibilidad.

¿Cómo pueden las empresas reducir el derroche alimentario?

Para minimizar el impacto del derroche alimentario, las empresas pueden implementar estrategias efectivas como:

  • Optimización de procesos: Revisar los flujos de producción para evitar excesos y ajustar mejor la demanda a la oferta.
  • Mejor gestión de stocks: Controlar las fechas de caducidad y fomentar una rotación eficiente de los productos para minimizar el desperdicio.
  • Reutilización y donación de alimentos: Colaborar con entidades sociales para donar alimentos en buen estado antes de que se deterioren.
  • Implementación de sistemas de separación de residuos: Asegurar que los residuos orgánicos se gestionen correctamente para compostaje o valorización energética.
  • Formación y sensibilización del personal: Concienciar a los trabajadores sobre buenas prácticas para evitar el derroche.

Una de las vías en las que se está avanzando es la canalización de excedentes alimentarios, una práctica que ha ido en aumento en los últimos años.

“El siguiente indicador muestra la evolución de la canalización de alimentos impulsada por el proyecto Pont Alimentari, una de las muchas iniciativas que trabajan para establecer canales entre empresas donantes de excedentes alimentarios y entidades receptoras en el ámbito catalán.”

Font: Fundación Rezero

Beneficios de una correcta gestión de los residuos alimentarios

  • Cumplimiento normativo: Evitar sanciones y adaptarse a las regulaciones ambientales, ya que las empresas están obligadas a separar la fracción orgánica.
  • Reducción de costos: Optimizar la gestión de residuos minimiza los gastos asociados a su eliminación.
  • Mejora de la reputación empresarial: Apostar por la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa refuerza la imagen de la empresa.
  • Contribución a la economía circular: Transformar los residuos en recursos útiles fomenta un modelo de negocio más sostenible.

El derroche alimentario es un desafío que requiere una respuesta estructurada. Una buena gestión de los residuos orgánicos permite convertirlos en recursos aprovechables, como biogás o compost, evitando que acaben en vertederos.

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Ofrecemos servicios personalizados para ayudar a las empresas a gestionar sus residuos y cumplir con la normativa vigente. Entre nuestros servicios destacan:

Auditorías ambientales para identificar áreas de mejora en la gestión de residuos.
Recogida y transporte de residuos con certificación para garantizar su tratamiento sostenible.
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