En 2020 se aprobó la nueva Ley de derroche alimentario con el objetivo de reducir en un 50% el desperdicio alimentario durante los diez años siguientes. Una ley absolutamente necesaria, ya que en ese momento, la Agencia de Residuos de Catalunya cuantificó el desperdicio alimentario en Catalunya en unas 262.000 toneladas cada año, lo que equivaldría a 356 kg por persona.
Entre las opciones disponibles para reducir algunos de los residuos que genera la industria alimentaria existen opciones que nos permiten valorizar el residuo o incluso venderlo a un precio inferior. Iniciativas en contra del derroche alimentario como "too good to go" ayudan tanto a los establecimientos a evitar lanzar comida como a las personas que de forma individual pueden comprar alimentos a un precio muy inferior de su precio original, como ellos dicen "salvar comida".
Otra iniciativa son los Espigoladores o Es im-perfect, que luchan por el aprovechamiento de los alimentos a la vez que empodera a personas en riesgo de exclusión social trabajando por un modelo de economía verde y social.
También hay otros tipos de iniciativas como Yo No Desperdicio en la que podemos encontrar recetas de aprovechamiento, o calculadoras de desperdicio que nos hará ver el problema con mayor claridad. Además, en su apartado de iniciativas encontramos una buena lista para investigar y encontrar la que más nos guste.
La evolución del sector alimentario no sólo es posible sino que también es necesaria, necesitamos un nuevo sistema, más respetuoso social y ambientalmente. No somos suficientemente conscientes de los impactos sociales y ambientales de la industria. Esta evolución es posible gracias a empresas más implicadas, consumidores cada vez más informados, más conscientes y gracias a las numerosas alternativas que existen.
¿Conoces alguna más?