Y si no todo fuesen malas noticias

buenas noticias sostenibilidad

Vivimos un día a día muy acelerado, en el que los grandes comunicadores son conscientes que la indignación vende. Radicalizar pensamientos está de moda y no sólo en el ámbito político. La crisis climática se convierte en un "tema" que da mucho juego, tanto para posicionarse como para vender, pero también con mucho recorrido para mejorar... las empresas que nos dedicamos a romper el círculo vicioso sabemos que hay esperanza y que hay mucho margen de mejora, ésta es nuestra lucha diaria.

La crisis climática indigna

Los titulares sobre los efectos devastadores de la situación preocupan de modo muy real a gobiernos, instituciones, empresas, entidades y personas individuales. La sueca Greta Thunberg, hace tiempo que nos sacude con datos y declaraciones alarmantes, en 2019 dijo "Los adultos siempre dicen que tienen el deber de dar esperanza a los jóvenes. Pero yo no quiero su esperanza. No quiero que nos hablen de esperanza, quiero que entren en pánico”. Y efectivamente cada vez más personas entran en pánico, abrumados por la magnitud del desafío y a la vez impotentes. Este fenómeno ya tiene un término: “eco-ansiedad”.

Malas noticias sostenibilidad

La crisis climática vende

Y no sólo indigna, hay muchos nuevos proyectos de emprendimiento relacionados con la crisis climática, o empresas que no tienen relación directa pero buscan la forma de subir al carro del interés mediático con mayor o menor implicación real. Quizás realizan acciones sin conexión o incluso acciones directamente de greenwhashing, sólo para simular que son “ECO”.

Se habla de conceptos como "los consumidores ecológicos" o el "marketing verde".

El recorrido de la mejora y el círculo virtuoso

Incluso vemos que cada vez son más las empresas que incluyen el logo de los ODS o de la agenda 2030 explicando sus compromisos e intenciones. Y a pesar de la indignación y la sensación de que no se hace nada, no podemos negar que el movimiento que se genera alrededor es positivo. Quizás no tanto como nos gustaría, seguramente con menos compromisos y mucho más lento de los que nos gustaría, pero no por eso deja de ser positivo. El solo hecho de poner el cambio climático sobre la mesa en las conversaciones estratégicas de las empresas ya nos marca una buena dirección. Hay recorrido, hay margen de mejora pero debe dirigirse a la dirección correcta. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 son una buena brújula.

Las administraciones también endurecen las legislaciones relacionadas y ofrecen subvenciones para facilitar que todo el mundo pueda alinearse en la buena dirección. Como consultores ambientales, en Residus Cirera nos encontramos cada día más empresas que quieren mejorar, somos optimistas porque lo vivimos en nuestro día a día.

Hace unas semanas, la primatóloga británica, de ochenta y siete años, Jane Goodall participó de forma virtual en la presentación ante los medios de Becoming Jane, una exposición sobre su vida en el Museo de Historia Natural del condado de Los Ángeles (NHMLAC ). En esta presentación también se coló la crisis climática en relación directa con la COP26 en Glasgow: "Extrañamente, la criatura más inteligente que ha vivido en este mundo está destruyendo su única casa", dijo.

Conservar la esperanza: Goodall dijo que cada persona "tiene un papel que desempeñar" para poder salvar el planeta, y advertía sobre "el poder de los consumidores" para escoger y comprar productos que se hayan fabricado de forma sostenible y respetando los derechos humanos.

Sostiene que todavía hay una ventana de oportunidad y nos anima a no decir "sí, podemos" sino "sí, lo haremos". Nuestras decisiones tanto como personas individuales o como empresas son clave para encontrar un camino, un recorrido que nos lleve a un círculo virtuoso donde se pueda revertir la situación o al menos reducir el impacto de nuestras acciones.

La gestión personal e industrial de residuos es un punto fundamental para reducir el impacto del consumo. REDUCIR - REUTILIZAR - RECICLAR.

No basta con pagar una empresa para que nos retire la basura. No basta con separar en origen, debemos implicarnos aún más. Como empresa, debe exigirse la trazabilidad del residuo, saber qué ocurre cuando lo recogen. ¿Se lleva al vertedero? ¿Se le da una segunda vida? O incluso antes, ¿cómo puedo reducir los residuos? En el ámbito industrial es clave repensar los procesos y entrar en el círculo virtuoso de la economía circular.

Nuestros clientes nos valoran por nuestra transparencia y ética profesional. Gracias a la tarea que realizamos en nuestra planta de selección, los residuos que recogemos van a la planta de tratamiento más sostenible y llevamos el mínimo al vertedero y podemos demostrarlo y certificarlo.